lunes, 29 de septiembre de 2008

LINNEO & LYRICS.

¿Qué es, en esencia, una canción? Mal comienzo, no se debe empezar un texto con un pregunta tan retórica, tan ampulosa, tan en precario. Perdón, ahora vuelvo.

Mejor: ¿en qué se parece una canción a otros aspectos de las artes vinculadas al texto, es decir, a un poema, a un cuento? Se advertirá el eufemismo “arte vinculado al texto” para no decir “literatura”, pero sólo es por no resultar urticariante para los amigos de lo ortodoxo, aunque, de esta forma, resultará pruriginoso para los enemigos de lo políticamente correcto y de los eufemismos en general. Pero, en fin, no nos defendamos y vayamos al meollo.

El problema (y a la vez lo estupendo del asunto) es que, sea lo que sea una canción, no nos pondremos de acuerdo, sí podemos, al menos, distinguir muchas clases de ellas. Ya se apuntaba por aquí en otro post que algunas canciones tienen más aspecto de ser un poema cantado, otras son realmente, literalmente, literariamente, poemas cantados, siendo Neruda una de las víctimas más frecuentes (incluso por nuestra parte), por lo que resulta casi un tópico tomarlo como excusa para juntar unos cuantos acordes.. De hecho, algunos dirán que hasta Pablo Neruda se cansó de ser Pablo Neruda, aunque ni sus detractores más extremos podrían suponer que se vengarían en carne de CD ajeno con algunas (per)versiones. “El cancionero y Pablo Neruda”, buen nombre para un artículo, otro post, tal vez un ensayito.Otras canciones, en cambio, parecen poemas-cantados desde su concepción, algunos del género críptico (i.e. “Cambio de guardia / Changin’ of the guards de nuestro icónico Dylan, de la que se pueden hacer cientos de interpretaciones sobre su cercanía a la poesía de la asociación libre, al flujo de pensamiento o al discurso de alguien demasiado intoxicado para que las cosas, además de que rimen, parezcan coherentes), otros del género casi eclesiástico (i.e. “The Believer” de Neil Young, donde las palabras más repetidas son “faith” y “believer”, e incluso se oyen campanas), algunos juegan en ambas ligas (crípticos + eclesiásticos, en este caso por su uso espurio en las misas de mi infancia) como “Blowin’ in the wind”.Pero, las canciones que a mí me han llamado siempre más la atención, aunque no siempre me gusten, son las que cuentan una historia, las que pertenecen más a la familia de los microrrelatos que a los poemas, las de la estirpe de las baladas, de los romances, de los juglares, como “Pedro Navaja”, “Like a rolling stone” o “Un vestido y un amor” (la que repite “te ví, te ví” de Páez, sí, hombre, la de los chinos [chinos de fumar]en Madrid). De hecho, yo creo que al que mejor le quedan las canciones de este tipo, pero seguramente es que mi conocimiento letrístico-musical no es precisamente enciclopédico, es a este último, a Fito Páez: por ejemplo “Dos en la ciudad” o “Ahí voy”; esta última es como tres microrrelatos en una sola canción. Tremendo Páez, contando y cantando a la vez.

En cualquier caso, el problema, y a la vez lo estupendo del asunto, me repito, es que hay canciones con letras sobre tantas cosas, que el asunto en sí necesitaría de una clasificación casi botánica, por géneros, familias y especies. Una cosa en plan Linneo: ya sabéis, esta sería un baladorum neoplatense, esta otra sería más una separatio depresoriensis, un bodrium pimpinellorum, una copia bunburica pretensionem magna…una cosa así. En estos tiempos en que la música popular (otro eufemismo) está lastrada de toneladas de etiquetas (pop, power-pop, trash, trash-hop, neosoul, hardcore, metal, trash-metal y otras hierbas), se echa en falta una aproximación similar a esa otra parte de la canción, o sea, a lo que dice.

Eso sí, se recomienda abstenerse de etiquetas como "canción ligera" o "canción de autor". Pueden llevar a confusión

miércoles, 24 de septiembre de 2008

VAYA CONSULTA

MI PRIMERA BLOGESCRITURA ESTA TARDE LLUVIOSA DE MIÉRCOLES DE SEPTIEMBRE DE MURCIA TRAS LA GUARDIA COMO CON ESA SENSACIÓN DE DESPERSONALIZACIÓN QUE LÓGICAMENTE ME HA CONVERTIDO EN LO QUE HOY HE SIDO: UN SEÑOR ESCONDIDO TRAS LA MESA. NO, HOY NO HA SIDO UN BUEN DÍAS AQUI ATRAS.
¿CÓMO QUEDA?

martes, 23 de septiembre de 2008

Gracias, Benjamín Prado


Como de sobra saben todos nuestros fans, los dos, en nuestro primer y único CD hasta el momento, recurrimos y recorremos a Benjamín Prado en tres de las canciones: “En verano”, “Los ríos” y “7 preguntas”, que dio finalmente nombre al disco. La cuestión es ¿se pueden cantar poemas sin traicionarlos? Porque lo que sí está claro es que se puede acabar traicionando aquello que amas.


Benjamín Prado ya había sido abducido en el cancionero de Sabina: “Cuando aprieta el frío”, “Esta noche contigo” y “Números rojos”, son canciones firmadas por ambos, (además de Varona y De Diego). Que sepamos, fueron escritas como canciones. Pero no teníamos ninguna noticia de que alguien hubiera puesto música a lo que, en principio, se escribió como poesía. Las fronteras entre la poesía y las canciones a veces no son muy claras, no tienen por qué. Basta leer a Dylan, Bob Dylan, (del que Benjamín Prado debería escribir algún día en profundidad para nuestra iluminación) que hasta parece ser que ha estado/está propuesto para el Nobel de Literatura, aunque no sea eso, desde luego, lo que lo identifique como poeta. Si es un poema y se puede bailar, llámalo canción, titulaba recientemente Javier Rodríguez Marcos una crónica del festival cordobés Cosmopoética.


Sea o no sea, estuviera o no clara, nosotros, en aquel momento, habíamos traspasado la frontera. Así que, ingenuos mitómanos que somos, escribimos un mail a Benjamín (no fue sencillo encontrar la dirección, tampoco el tono) contándole nuestro atrevimiento y, con una ansiedad directamente proporcional, esperamos su respuesta. Contestó muy pronto, muy amablemente. Le gustó, al menos, “En verano” (nunca estuvimos seguros de que le llegaran o escuchara las otras).


Dijo: “Antes era un poema, ahora es una canción”.


¿Existen las preguntas, o son solo
algo como querer atrapar tu propia mano
y encontrar al abrirla
una puerta cerrada, una mano vacía?


No sabemos, Benjamín, si existen las preguntas, pero si había una respuesta, era exactamente ésa la que necesitábamos.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Zapatos colgados


En los, para mí y para otros, excelentes, Nocilla Dream y Nocilla Experience de Agustín Fernández Mallo (AFM), bueno, en el primero de los dos, una imagen sorprende al lector y enhebra diversas historias: un álamo en la US50, saliendo de Carson City en dirección Este, repleto de zapatos colgados. A lo largo del primer Nocilla, vamos sabiendo del origen del primero de los pares y otras historias que transcurren con el extraño artefacto como excusa, decorado o símbolo. No sé qué precede a qué, pero el propio AFM, publicó la imagen cuasi-turística del árbol hallado. “Acontecimiento encontrado” lo llama AFM, en la deliciosa narración en su blog de su viaje por USA en junio de 2008.

Hace pocos días, cerca de mi casa, se produjo otro “avistamiento” de zapatos colgados, cuyas fotos podéis ver junto a este texto. En este caso, cuelgan por parejas de los cables de la luz y del teléfono que cruzan la transitada carretera. A la distancia que los separa de la acera, no soy capaz de distinguir detalles que me permitan aventurar quién o quiénes pueden ser sus antiguos propietarios.

La misma noche del avistamiento, me precipito a Google y tras teclear “zapatos colgados” obtengo 57.200 referencias. La mayoría se hacen la misma pregunta que yo, ajenos a la poética de píxel de AFM: ¿qué significan los zapatos colgados? La respuesta más recurrente es la que los identifica como señal de lugares donde se trafica con algunas sustancias ilegales, “narcomenudeo” le llaman. No alcanzo a comprender ese formato de publicidad para ese tipo de actividad: además de obvio para la policía, me parece complicado de colocar (y de retirar, cuando se acabe la mercancía o el lugar ya no sea adecuado).


Prefiero imaginar un “Comando Nocilla” de lectores impresionados por las nuevas tendencias de la narrativa española, arriesgándose a una cuantiosa multa o a perder unos puntos del carnet (si los lanzan desde los coches), organizados a través de crípticos SMSs, en plan “Kgms unos p ukos +? Pásalo”

Zapatos colgados por unos colgados, en cualquier caso.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Dylan y Fresán


No hace tanto, desde “La momia”, iniciamos un, más que ambicioso, pretencioso proyecto que denominamos “Echo Star”, como la primera novia de Dylan. Se trataba de divulgar la obra de Dylan, como si eso hiciera falta, traduciéndola al castellano, como si eso fuera posible, e interpretada por nosotros, como si eso no fuera temerario. El caso que, con bastante esfuerzo y no menos placer añadido, sacamos adelante unos cuantos bonitos niños denominados “Sigue tu senda y yo la mía”, “Siempre así” o “No lo pienses dos veces” a.k.a. “Most likely you go your way (and I’ll go mine)”, “Forever young” o “Don’t think twice, it’s all right”. Y así hasta unos catorce o quince temas, creo.

Algunos antecedentes curiosos: los autores, o sea, nosotros, nos encontrábamos con 1) un bonito y enorme ejemplar de las letras de Dylan traducidas al español y editado por Global Rythm Press, Barcelona y 2) Rodrigo Fresán, ese gran autor, asegurando, como dylanófilo irredento (véase, a modo de ejemplo, la siguiente loa) que ese tomaco es, iba a ser, suyo . En su momento hasta se pudieron leer algunos adelantos de lo que parecía una más que prometedora obra, llena de notas al pie, traducciones libres, erudición, todo aquello que no permitiera diluir la potencia poética Dylan en la traducción: a modo de ejemplo, aquí está la magnífica Visions of Johanna. Pero, claro, lo más importante: las traducciones de GlobalRythm, que al final las rehicieron, al parecer completa y rápidamente Miguel Izquierdo y José Moreno por supuestas desavenencias de la editorial con Rodrigo Fresán: 1) son literales 2) a veces no corresponden a la letra más reciente (“you ain’t goin’ nowhere”) y 3) no riman, ni respetan la métrica ni la acentuación, o sea, no son cantables, al menos, al modo tradicional de cantar. Tampoco las de Fresán lo iban a ser, aunque, de algún modo y visto lo visto, parecían bastante más inspiradoras.

Por otro lado y, mientras nos dedicábamos a esto, en esos días parece que a todo el mundo le dio, de nuevo, por Dylan. Por darle le dieron hasta el Pulitzer. Y un amaralazo de parte de la Expo de Zaragoza. Nota al pie: menuda diferencia de “La tormenta”, que, teóricamente tenía que ver con la crisis de los misiles de Cuba y la versión, excelente, de los Auserones de “Ballad of a thin man”, sólo un poco antes en el discográfico tiempo.

Algo sacamos en claro: la polémica sobre “Like a Rolling Stone”, que Fresán tradujo “Como una bala perdida” e Izquierdo & Moreno resuelven con “Como un canto que rueda”, nosotros la llevamos más allá: “Como una perra abandonada”. Y así sucesivamente. Esperemos que Él (Dylan) no nos lo tome en cuenta. Ya perpetramos una primera actuación con estas letras, en FNAC Murcia, el pasado 3 de Julio. A la actuación, sólo un día antes de que Dylan actuara en Lorca, acudió al menos un dylanófilo que, amablemente y al final, habló con nosotros y nos dijo algo así como “…bueno, salvada la primera impresión…no está mal”. Viniendo de alguien así, lo interpretamos como un halago. Claro que no había oído nuestra “Recuéstese” a.k.a. “Lay, lady, lay”.

Bueno, aquí os dejamos uno de los temas, por si os da por cantarla. Nosotros ya lo hemos hecho y, ya sabéis, salvada la primera impresión…no está mal. En vuestro lado queda descubrir de cual se trata. No es tan difícil. ¿O sí?.

TENDRAS QUE REZAR.

Puedes ser el cónsul de Francia o del Sudán,
Que te guste el juego, o te guste bailar,
Puede que seas el campeón de los pesos pesados,
O una famosilla con sus collares colgados,

Pero tendrás que rezar,
Si tio sí,
Tendrás que rezar,
Puede que al diablo o puede que al señor,
Pero rezarás

Un adicto al rock’n’roll marcándose un twist,
Unas cuantas drogas o un buen strip-tease,
un hombre de negocios o un ladrón de bancos,
que te llamen doctor o que te llamen amo,

Pero tendrás que rezar,
Si tio sí,
Tendrás que rezar,
Puede que al diablo o puede que al señor,
Pero rezarás

Puede que seas el poli, o que seas de los malos,
O que tengas las acciones de un canal de pago,
Puede que seas rico o no, que te mueras o estés sano,
Que vivas en otro país, que tu nombre sea falso

Pero tendrás que rezar,
Si tio sí,
Tendrás que rezar,
Puede que al diablo o puede que al señor,
Pero rezarás

Puede que seas albañil y construyas un hogar,
Que sea tuya la mansión o la catedral,
Que tengas los fusiles o hasta unos blindados,
Que seas el dueño del local o incluso del banco,

Pero tendrás que rezar,
Si tio sí,
Tendrás que rezar,
Puede que al diablo o puede que al señor,
Pero rezarás

Puede que lo tuyo sea predicar,
O el que pone la mano, ese concejal,
O el que corta el pelo, un buen peluquero,
Una amante de alguien, o su heredero.

Pero tendrás que rezar,
Si tio sí,
Tendrás que rezar,
Puede que al diablo o puede que al señor,
Pero rezarás

martes, 16 de septiembre de 2008

Retorno a Ithaca



A David Foster Wallace lo encontró muerto en su casa su mujer, el pasado viernes por la noche. Ahorcado, dijo Jackie Morales, encargada de expedientes en el Departamento de Policía de Claremont.

El cielo está encapotado y lleno de nubes grises. Son unas nubes bulbosas, arrugadas y brillantes. El cielo parece un cerebro. Debajo del cielo hay un campo azotado por el viento[1].

Nacido en Ithaca, NY, hace 46 años, Wallace fue una promesa del tenis en su juventud, posteriormente escritor de enorme proyección e influencia y profesor de escritura creativa. Hay demasiado ruido y al mismo tiempo demasiado silencio como para ponerse a trabajar de verdad, y a mi no se me ocurre ninguna idea que no sea banal o rebuscada. Un talento desbordante que se construyó alrededor de un estilo de desmesurada verbosidad, plagado de detalles, de notas al pie, de imágenes excesivas, sobreabundantes y, por otro lado y paradójicamente (o quizá no), de contención. Los ojos […] ya no eran los ojos de una persona tan pequeña, entelados por una capa de dolor profundo de color azul intenso […].

Yo lo descubrí ( como se dice cuando en realidad un libro te descubre a tí), como a tantos otros genios imprescindibles, como a Coltrane, a través de mi amiga Julia. Ella está mirando fuera, sentada en el sofá, y yo la miro a ella, y hay algo en mí que no consigue cicatrizar cuando la miro. Recuerdo cuando, en el desayuno previo a un seminario que iba a ser, seguro, lo fue, un aburrimiento, me apuntó en una servilleta los títulos: “La niña del pelo raro”, “Entrevistas con…”, “Algo supuestamente divertido…”, “Hablemos de langostas”. Las recomendaciones de Julia nunca pueden dejar de seguirse al pie de la letra, te vas a arrepentir tan pronto, con tu olímpica cara de tonto, así que me compré el primero y el último de la lista (y del orden cronológico de su edición) y, además, “La broma infinita”, un grueso volumen, su opus mágnum, para disfrutar si en algún momento me invitaban a algo supuestamente divertido que no debí hacer.

Leedlo. Leedlo todo, todo lo que podáis, quizá ahora no hay más remedio, ahora que ya nos ha dado un portazo en las narices, ahorcado en su talento, con la frustración del jugador de tenis que nunca consigue, nunca conseguirá, el revés paralelo y perfecto. No es por tomar partido, pero a veces esas cosas pasan. Incluso en la realidad. En el realismo real. Eso de que la verdad es más extraña que la ficción es un mito. En realidad son igual de extrañas las dos. Las cosas más extrañas tienden a suceder.

En Claremont, el viernes, dijo Jackie Morales.


[1] En cursiva, algunos fragmentos de los relatos contenidos en “La niña del pelo raro”. Ed DeBolsillo 2003.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Blog and Pop


Este podría ser otro blog literario, o tal vez no. En los tiempos de la web global, no está de más estar de más y, además, ocupa poco espacio. Sólo unos pocos píxeles más. La cosa es que tenemos pocas habilidades y escaso presupuesto para manejar nuestra página web, aunque prometemos seguir cuidándola. También tenemos el myspace, pero eso se ha puesto que parece Trapería por la tarde (siempre te encuentras con quien no te apetece). Desde aquí creemos que podremos permitirnos ser más interactivos, más espontáneos, más inmediatos y hablar un poco de todo, colocar vuestras y nuestras recomendaciones y comenzar, link tras link, a hacer de esta red también un lugar para las momias que hablan.

Amanecemos en el nuevo año, ya sabéis que los años en realidad empiezan en septiembre a poco que hayas completado primaria, con el proyecto de ir montando las nuevas canciones que pretenden ser más propias, más adultas, más irónicas, mejores. Faltaría más. A vuestro juicio queda ver si nos aproximamos.

Por otro lado, pero no menos importante, pretendemos ir moviendo la asociación para continuar con el objetivo de generar y mantener otros proyectos, otros ámbitos: literatura, fotografía, pintura, acción social… utilizar nuestra capacidad en todo eso no estrictamente laboral que nos mueve, también, que nos da placer, más.

Así, este blog albergará historias, críticas, opiniones, recomendaciones, fotografías, enganches, listas y otros fragmentos de la realidad mayores que un bosón y menores que la galaxia.

Veremos si funciona mejor que la web, que fue un FRACASO ABSOLUTO, como dirían en el hormiguero.

Y ya sabes, si todo esto despierta tu interés o, simplemente, una curiosidad malsana, suscríbete. Es gratis, salvo el tiempo que pierdas con nuestras habituales tonterías.